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Una de las imágenes que quedará grabada para siempre en la memoria colectiva, es la caída de la “flecha” de la catedral de Nuestra Señora de Notre Dame en París.
Aquel 25 de abril de 2019, un incesante fuego tomó por sorpresa al mundo, al reducir a cenizas gran parte de una de las edificaciones más importantes de la historia universal. Durante más de diez horas que duró el siniestro, todos nos preguntábamos ¿por qué tardan tanto en apagarlo? Tiempo después supimos que la estrategia para mitigar el incendio era parte de un plan para salvar la mayor cantidad de obras de arte.
El cese a las llamas durante 14 horas posteriores a la tragedia fue el primer paso para un rescate prácticamente quirúrgico, dado el estado del edificio y al tratamiento especial que requieren las piezas.
La recuperación de la edificación, de acuerdo con Emmanuel Macron, presidente francés, tiene un plazo para concluirse en cinco años. La reconstrucción se encuentra en la fase de limpieza y apuntalamiento de la parte superior de las bóvedas y por ahora se está trabajando en retirar los andamios que sostenían la aguja para su restauración previa al incendio, una labor significativamente delicada.
Desde el 2019 los trabajos de limpieza se han visto interrumpidos por diversas circunstancias, temas climáticos, como los grandes vientos o las bajas temperaturas; la contaminación de plomo, provocada por la fundición de algunas placas durante el incendio, y ahora, por la pandemia del COVID-19. Si todos estos factores lo permiten se plantea que la reconstrucción formal, comience en el año 2021.
Hasta hoy no hay certeza respecto a la causa del incendio en Notre Dame, existen teorías sobre una supuesta falla eléctrica e inclusive una hipótesis sobre un cigarro mal apagado. Las investigaciones en la catedral avanzan lentamente, debido a que diversas zonas incluyendo la del incendio, son inaccesibles hasta que se retiren los andamios. “Es una investigación larga, compleja, colosal” declaró Rémy Heitz, fiscal de la ciudad de París.
Como era de imaginarse, los trabajos de limpieza de escombros se suspendieron por la pandemia de COVID-19 y recientemente (a finales de abril) fueron reiniciados de manera gradual, a la par de otras actividades en Francia.
Las nuevas medidas para volver al trabajo de restauración van desde el uso de mascarillas, la distribución de gel hidro alcohólico, la distancia social y el alojamiento para los trabajadores que lo requieran, así como duchas y vestidores para evitar la contaminación por plomo.
Esto presenta diversos retos como la habilitación del lugar para seguir recibiendo feligreses y turistas a pesar de los trabajos arquitectónicos o mantener la distancia de los trabajadores durante la limpieza de escombros.
Para leer más: ¿CUÁL ES EL LEGADO QUE CORRE PELIGRO TRAS EL INCENDIO DE NOTRE DAME?
Con más dudas que certezas, resta esperar a que las condiciones determinen el tiempo para recuperar a Notre Dame y para el resto de nosotros, reanudar las actividades cotidianas para concretar todos esos viajes pendientes y destinos por descubrir.