UN HOTEL MODERNO Y COLONIAL EN MORELIA
Desde hace mucho tiempo quería conocer Morelia, uno de los principales motivos fue porque esta ciudad tiene uno de...
En meses pasados me fui a Europa y todo el tiempo presumía el caldo de piedra. No exagero si fueron más de diez exranjeros que asombrados me decía: ¡Eso no puede existir, es sorprendente, quiero probarlo!. En mi reciente visita a Oaxaca visité Monte Albán, el árbol del Tule y a tan sólo cinco minutos de este último hice una parada para probar el famoso Caldo de Piedra que aunque yo presumía, tampoco había tenido el privilegio de probar.
¿En donde lo pueden probar? A cinco minutos del árbol del Tule está un restaurante llamado Comedor Prehispánico Caldo de Piedra, y es precisamente aquí en donde el señor César Gachupíl de Dios llevó la receta ancestral de los Chinantecos, una etnia originaria del estado de Oaxaca. Los chinantecos se denominan «tsa ju jmí», que significa «gente de palabra antigua».
Antes de la llegada de los españoles, y según César este manjar solía consumirse únicamente por los gobernadores. Los hombres chinantecos seleccionan las piedras y se dividen las tareas de pescar, buscar la leña, hacer la fogata, calentar las piedras, etc.
Hoy probé el caldo de pidra y les aseguro: es uno de los mejores inventos del hombre.
¡Saldrá en los videos de #Oaxaca!
Gracias por la recomendación @HIExpress y @EnjoyOaxaca pic.twitter.com/l1YGRsD4PO— MarieldeViaje (@MarieldeViaje) November 16, 2017
A mi llegada tuve la oportunidad de ver cómo el señor César calentaba las piedras a un fuego muy intenso para después soltar la piedra en el caldo y calentarlo. Antes de que esto sucediera hizo toda la preparación muy rápido y por ser una receta ancestral, secreta y muy codiciada, no tuve la oportunidad de ver cómo hacía todo, pero según mis conocimientos básicos de cocina es un caldo hecho a base de jitomate y le agrega cebolla y perejil. Los protagonistas del platillo son el pescado y el camarón.
El espectáculo comienza desde que ves cómo la piedra calienta el caldo y éste burbujea, saca humo y un aroma delicioso. Una vez que el señor César le puso cinco piedras diferentes, estaba listo para servirse. Mi sorpresa fue que le dejan una piedra para que siga caliente y que lo comes mientras la piedra está adentro. El sabor es delicioso, sabe un poco picoso y lo mejor es que está súper caliente. El sabor del pescado y los camarones es muy intenso y la piedra le da un toque ahumado y terroso. De hecho se pueden mascar algunos trozos de tierra que apenas si se sienten pero que le dan el mejor sabor del mundo.
Este sitio estaba a sólo 30 minutos de mi hotel el Holiday Inn Express Oaxaca Centro Histórico, una buena opción de hospedaje porque tiene una gran conectividad con toda la ciudad y con muchos sitios icónicos de este bello estado.
Chequen mi video de este viaje, que está para chuparse los dedos.